Hans Urs von Balthasar ha sido un eminente teólogo del siglo XX. Su peculiaridad fue poner el acento en la belleza (en la Gloria divina, como la llama él) como condición de posibilidad del acceso a la experiencia de Dios. De Dios, lo primero que sabemos es su belleza, después su bondad y finalmente su verdad. La revelación divina, antes que verdad y bondad, es belleza. Ciertamente, pudiera parecer la reflexión de este buen hombre un canto al desocupo existencial. Pero si lo leemos con detenimiento es muy fiel a la estructura cultural en la que vivimos actualmente. El ser humano de nuestro entorno vital, yo mismo -por ejemplo-, en ocasiones siente cansancio de estar permanentemente analizando las cosas para trascenderlas, o incluso, por los desgastes propio de la biografía personal, ya no mira primeramente qué ha de hacer de bueno para transformar lo malo. Esto no quiere decir que se renuncie a esas ineludibles tareas de la existencia cotidiana. Se trata, por t...
Decía Nietzsche que solo había conocido un cristiano y que este había muerto en una cruz, así zanjaba el acontecimiento cristiano este discutido pensador. Yo no me voy a poner el plan Nietzscheano. Ciertamente, ha habido a lo largo de la historia personas que han vivido de un modo original el cristianismo. Por original entiendo un modo muy próximo a como lo vivió el fundador del cristianismo, Jesús de Nazaret. Estas personas creo que han sido menos de las que dicen ser. Son personas absolutamente excepcionales, aunque no me refiero a que sean santos. Puede haber algún santo de los conocidos entre ellos, pero también hay gente anónima y probablemente nada significativa para su entorno que han podido ser excepcionales. El propio Jesus ya sabemos que fue poco conocido en su tiempo; de ahí que haya escasa fuentes históricas sobre él, al margen de los acontecimientos bíblicos. El resto de los presuntos "seguidores" del Maestro de...